Speak Now

#Posdata.
Muchas veces nos callamos cosas que no decimos, que se quedan ahí en suspense en nuestra cabecita. Y muchas veces no llega el momento de decirlo cuando se ha reunido el suficiente valor. Pero nunca es demasiado tarde. Así que habla. Habla ahora, no calles para siempre.
SPEAK NOW.

Te agradecería mucho que NO COPIASES ningún texto. No es nada fácil escribir una buena entrada y eso no te da derecho a robarlas. Muchas gracias por pasarte. Por favor, ¡disfruta!

Lady Sparksfly

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Mis queridísimos Speakers:

Speakers

20 de mayo de 2015

Trabalenguas.


"Tú sabes que yo te miro cuando no miras.
Y yo sé que tú me miras cuando yo no miro.

O quizás cuando yo creo que no miras.
Y quizás cuando tú crees que yo no miro.

¿Cómo es que nuestras eternas conversaciones hasta las tantas de la madrugada 
se han convertido en un cruce de miradas de apenas unos segundos?"






Algún día volveré con algo decente.
Hasta entonces, estoy vacía y llena al mismo tiempo, todo atado bien fuerte con un lazo en el que pone: 2º de Bachillerato.

25 de febrero de 2015

Mis silencios: Parte I, Marina se ahoga.

Me falta el aire, joder. ¿No hace mucha calor aquí dentro? No, no quiero agua, gracias. O tal vez sí, traeme un vaso grande, enorme, un cubo, un barreño, un puto océano, a ver si me ahogo en él y todo acaba.
Me siento rara. Estoy y no me siento, ¿dónde está la niña que llevaba dentro? No importa, que no vuelva, es como un ancla que me mantiene flotando en este mar de recuerdos.

Menudo torbellino, ¿quién dio la orden de cambiar el rumbo? tal vez ha sido el tiempo, que sopla fuerte, arrancando el timón con fuerza. ¿Destino? la  tristeza. Estoy desorientada y cansada, necesito una silla, las rodillas me tiemblan, los dedos no se quedan quietos, parezco un maldito flan, es adrenalina y no sangre lo que corre por mis venas ahora mismo. Ya no tengo aliento. Aspiro, aspiro fuerte, llevándome la contaminación de todo el continente hacia mis pulmones, pero ni gota, joder, ni una gota de oxígeno que calme mi ansiedad. Y sin embargo, mi cerebro va a mil, mis dedos dibujan trazos en el papel, y mi corazón late fuertemente al compás del reloj que no calla con su tic-tac. Me obsesiona. Haced que pare, que se tome un descanso, ¿tanta prisa tiene? Sonríe por su poderío, porque es él quien todo lo controla, el que provoca casi todas mis depresiones. Pero él a su maldita bola, oye.

Maldito tiempo. Curioso que escasee tanto: la gente no tiene tiempo para nada; o mejor dicho, para todo menos para ti. Ingenuos. ¿Sabéis que la vida es como un maldito reloj de arena? Salid de vuestras cuevas, dejaos de protocolos de máscaras y tapaderas, pongamos las cartas sobre la mesa y dejémonos de faroles, que la vida no da segundas oportunidades para decir "te quiero" a los que lo merecen; y eso va por ti, pedazo de imbécil, debían haberte cobrado o multado o arrestado cada vez que me lo insinuabas con tus gestos tan a la ligera. Y ahora estoy maldita por tu culpa. Pero estoy harta de dirigirte cientos de versos que jamás leerás.

Espera un segundo que mi bebida ha llegado y está feo no rendirle culto. La noche es larga, ven, toma asiento, ponte cómodo, aún hay millones de palabras escalando mi garganta.


Voy a comenzar un pequeño apartado que aparecerá cuando Marina se esté ahogando. Es un tanto distinto a los otros, puesto que es puro flujo mental con mínimas correcciones de gramática o estilo. Espero que no os mareen demasiado, pero me parecía necesario para realmente expresar la sensación. Espero haberlo conseguido. Este principio lo escribí hace tiempo, es una pena que no hayan cambiado muchos aspectos. Esperemos que Marina salga a flote en alguna de las partes.
Gracias por seguir por aquí.


1 de febrero de 2015

Reset.

Quiero dejarlo todo atrás.
A todos.
Incluso a mi propia sombra.
Empezar de cero.
Y vivir.

Necesito irme bien lejos. Y no lo digo en tono soñador. Lo digo con voz enrabiada, con ojos desesperados, con los pulmones agarrotados y contraídos.
Necesito. Respirar. Libertad.
No sé si es el aire, que sólo huele a sal y a fronteras de ladrillos gruesos. O si son las caras rutinarias que apenas reconozco. Pero estoy harta de hundirme mientras todo avanza sin grandes novedades.
Noto como me pesan los días, y tan sólo es 31 de diciembre. Tropiezo entre oportunidades perdidas y me axfixio con tanto arrepentimiento. No hago más que autoreprimirme, pero es que a estas alturas tengo el corazón demasiado frágil; de nada sirven ya las tiritas, los hilos, el pegamento de una sonrisa que todo lo cambia. Los trozos han sido depositados en diferentes personas, y jamás podré recuperarlos. Hace tiempo que mendigo por un abrazo bien fuerte que me devuelva las ganas de... yo que sé de qué. De amar, supongo, en toda su tonalidad, especialemente en la que lleva mi nombre. De sentir adrenalina y no esta sangre espesa y lenta. Quiero deshacerme del miedo con un gran suspiro. Soltarme del puerto y navegar, rumbo hacia donde me dejé desterrada.

Pero para ello, debo dejarlo todo atrás.
A todos.
Incluso a mi propia sombra.
Empezar de cero.
Y saltar. 



Black Moustache